lunes, 1 de agosto de 2011

LA AUTONOMÍA PARA GRAN CANARIA Y EL ARTÍCULO 143-2 DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

Soy grancanario y esto me basta.
No envidio patria ni otra región.
Esta es mi gloria, esta es mi dicha:
Ser grancanario de corazón.

Félix Alonso Suárez. (Fundador de
La Asociación Benéfica Cruz Blanca) 


En numerosas ocasiones precedentes he escrito varios artículos sobre el tema de una autonomía exclusiva para Gran Canaria, absolutamente independiente de la actual Comunidad Autónoma Canaria, porque considero que es la ÚNICA solución posible para que nuestra isla recupere la dignidad y la posición que ha ido perdiendo paulatinamente durante los tantos gobiernos áticos que se han ido sucediendo sin solución de continuidad durante bastantes años, y que han tenido como principal objetivo no el bienestar del archipiélago sino el hundimiento de Gran Canaria.

Esta autonomía grancanaria podría haberse conseguido desde hace unos cuantos años -no recuerdo ahora con precisión cuantos, pero quizá sean una década, aproximadamente- cuando el grancanarista acérrimo Arturo Cantero Sarmiento fundara el "Partido Doble Autonomía" en el salón principal del Círculo Mercantil, completamente lleno en su aforo y en su exterior por patriotas grancanaristas que en su gran mayoría se afiliaron inmediatamente después de escuchar la documentadísima exposición de Cantero, lo que constituyó un relevante éxito, y que habría significado una formidable e importantísima fuerza de oposición a Coalición Canalla-ATI, que pondría en inminente peligro su hegemonía -los medios de comunicación no informaron, incomprensible e injustificablemente, de este acto a la opinión pública para su conocimiento y probable adhesión- , pero, como suele ocurrir por aquí frecuentemente y por desgracia, comenzaron las luchas intestinas por el poder, y se cuestionó la presidencia de Arturo Cantero Sarmiento porque su ideología política podría resultar perjudicial -¡absurdo!, y el partido desapareció por lo que nuestra isla quedó totalmente desprotegida ante las desmesuradas ambiciones áticas, disfrazadas de Coalición Canalla, en la que se integraron varios grancanarios -que no grancanaristas- cuyos nombres son sobradamente conocidos para relacionarlos ahora, que no dudaron en traicionar a Gran Canaria por un carguito no sólo en el Gobierno sino de simples asesores, percibiendo unos buenos emolumentos.

Yo, a pesar de esta decepcionante desastre del Partido doble Autonomía, no me he resignado a esta situación de desamparo de nuestra isla y le he propuesto a José Manuel Soria López, a Juan Fernando López Aguilar, a José Miguel Pérez García y a Román Rodríguez -desconozco su segundo apellido- la idea de la autonomía para Gran Canaria, y que cualquiera de ellos la acaudillase con la seguridad de que, como en el caso de la Universidad, cientos de miles de grancanaristas les seguiría, y sería el primer presidente de nuestra Comunidad Autónoma. Pero, salvo la excepción de Soria, que no le prestó atención y solamente me contestó que "así tendríamos menos funcionarios" -como si fuesen una gente despreciable y no gastasen sus dineros en atender sus necesidades y gustos-, los otros no se han dignado contestarme -López Aguilar optó por un escaño en la Comunidad Europea- pues prefieren -Soria y Pérez- los pactos con Coalición Canalla para que sea Paulino Rivero el que gobierne, y ellos se conforman con ser meros comparsas como vicepresidentes o simples diputados en el Parlamento, como Román Rodríguez, que en una ocasión fue presidente pero al servicio de ATI porque nada hizo por Gran Canaria. Y José Manuel Soria cuando fue vicepresidente no reclamó las consejerías y organismos que le fueron arrebatados a Las Palmas de Gran Canaria por el nefasto para nosotros Adán Martín que le correspondían por el Estatuto de Autonomía, ni tampoco hará la reclamación José Miguel Pérez.

Así que el panorama para Gran Canaria es sumamente oscuro porque Santa Cruz de Tinerfelandia ahora que concentra la capitalidad y el parlamento obtendrá más poder todavía. Y esto se lo debemos al políticamente traidor a Gran Canaria José Miguel Bravo de Laguna, que cuando fue presidente provincial de UCD en Las Palmas, en los "Pactos de Medinaceli", celebrados en Madrid el 29 de Abril -precisamente la fecha de la incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla- de 1982, firmó con los representantes chicharrerones la capitalidad compartida y la sede del parlamento en principio en La Laguna -¿porqué?-, pero ante las tremendas protestas de los santacruceros, encabezados por don Pepone en su Día-rrea, se trasladó a Santa Cruz; pero lo pésimo es que Bravo de Laguna manifiesta que no se arrepiente de haberlos firmado. ¡Y este hombre es actualmente el presidente del Cabildo de Gran Canaria, institución que se presume debe luchar y defender nuestra isla, y que, copiando a Manuel Hermoso, ha declarado "Que es la hora de Gran Canaria"!

¿De qué modo va a lograr esa "hora"? Tengo fundadas dudas sobre esto teniendo en cuenta su reprobable pasado político y su capacidad para actuar. De todas maneras, me arriesgo a proponerle la cuestión de la autonomía para Gran Canaria aunque estoy completamente seguro que la desechará porque a la postre es un vulgar mandado de Soria, que lo había condenado al ostracismo y lo resucitó para las últimas elecciones.

Son muchos los que alegan que es imposible la autonomía que propugno, con la que están de acuerdo muchísimos grancanaristas. A este respecto les contesto que sí es posible de acuerdo con el apartado 2 del artículo 143 de la Constitución Española -capítulo tercero: De las comunidades autonómas-, que expone: 2." La iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente Y A LAS DOS TERCERAS PARTES DE LOS MUNICIPIOS CUYA POBLACIÓN REPRESENTE, AL MENOS, LA MAYORÍA DEL CENSO ELECTORAL DE CADA PROVINCIA O ISLA. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas". Creo que la parte que he resaltado en mayúsculas deja suficientemente claro la absoluta posibilidad de que una ISLA pueda constituirse en comunidad autónoma. Esta es mi interpretación personal, que no creo equivocada.

Yo sí sería partidario de una única Comunidad Autónoma Canaria siempre que se reforme el absurdo Estatuto que beneficia palmaria y descaradamente a Santa Cruz de Tinerfelandia -que percibe del Jodierno Atinómico la misma subvención que Las Palmas de Gran Canaria, que casi la duplica en población. ¿No es este un trato perjudicial para nuestra capital y beneficioso para la de Chicharreronia?- que durante estos cuatro años poseerá todo el poder político al contar con la capitalidad y el parlamento. Este es un tremendo dislate que debe ser urgentemente reparado, y como el momento actual no está para despilfarros económicos no voy a proponer que los dos organismos sean compartidos -que sería lo razonable-, pero sí que el parlamento continúe en Santa Cruz y que la capitalidad no sea compartida sino QUE RADIQUE PERMANENTEMENTE en Las Palmas de Gran Canaria, de este modo se ahorrarían gastos inútiles por la duplicidad.

Si mal no recuerdo esta propuesta, o similar, la expuso en la II república don Nicolás Díaz-Saavedra Navarro, por lo que no pretendo atribuirme la paternidad de la idea. Y esta solución la expreso para evitar enfrentamientos interinsulares porque históricamente, desde la época de los Reyes Católicos, Las Palmas fue la capital de Canarias al radicar en ella todos las instituciones de la corona y de la iglesia, hasta que en 1833, durante el reinado de Isabel II, se produjo la división administrativa de España en 49 provincias, y Francisco Javier de Burgos, Ministro de Fomento ratificó a Santa Cruz como capital provincial de Canarias -antes, en 1812, en las Cortes de Cádiz la habían conseguido provisionalmente por maniobras arteras- sin antigüedad ni historia -¿de qué "derechos históricos habla el ignaro don Pepone?- pues hasta el 26 de Agosto de 1803 en que Carlos IV le concedió el título de villa exenta con ayuntamiento, era el barrio portuario de La Laguna, sitio horrible, calificado por Robert Hughes ,en su libro "La costa fatídica", el burdel del Atlántico.

En base a lo susodicho es a Las Palmas de Gran Canaria a la que le corresponden ambos organismos -capital y parlamento- por su historia y su superior importancia. Pero como esto no se aceptará porque los chicharrerones quieren acaparar el poder absoluto y sojuzgar a Gran Canaria y no querrán quedarse en una posición inferior, que es la que histórica y razonablemente le corresponde y, además, nuestros representantes no tendrán la valentía de exigirlo, entre otras razones porque desconocen la historia de su ciudad. Pero los políticos grancanarios ya deben despertar de su letargo y, al menos, luchar por la autonomía para Gran Canaria, y si son complacientes con la presente situación y carecen "de pundonor y lo que hay que tener", como le dijera seña Rita a Julián en La verbena de La Paloma, que se marchen y dejen paso a una nueva generación política -hipotética porque no observo inquietudes en nuestra juventud sino conformismo- que consigan que nuestra isla ocupe el puesto que por historia, cultura, industria e importancia le corresponde sin discusión de clase alguna pues los hechos lo demuestran contundentemente.

D. CARMELO DÁVILA NIETO

No hay comentarios: